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Discurso
Embajador VARSKY

Muchas gracias, y buenos días.
Embajador Mauro Vieira, amigo, Ministra Maria-Theresa Lazaro, Cónsul General de Brasil en Córdoba, al amigo Diego Caballero que ha tenido la gentileza y la buena iniciativa de convocar a un evento, con una idea fuerza sustantiva.  La idea fuerza de discutir que hay de positivo en este proceso.

Y ahora vamos a ver desde nuestra humilde opinión porqué nos parece tan importante ese enfoque, y permítanme saludar a las amigas y amigos de Córdoba, representantes del sector productivo, de pequeñas y medianas empresas de esta querida Provincia.

En primer lugar, quisiera partir de la idea que en ningún lugar del mundo está en debate cuál es el significado de integración.  La integración es la respuesta que los países han encontrado en distintos momentos frente a un mundo que ha ido transformándose velozmente.  El semiólogo norteamericano Noam Chomsky afirma que “el mundo sufrió un golpe de Estado planetario”. Otros dicen que “en realidad la globalización no ha sido otra cosa que un verdadero tratado de libre comercio sin la libre firma soberana de los Estados”, y de pronto nuestras economías, nuestros países se vieron invadidos en lo financiero y en muchos otros aspectos, haciendo estallar nuestras economías, liquidando nuestro tejido social, haciendo desaparecer precisamente las pequeñas y medianas empresas, y la capacidad productiva que teníamos.

De modo que para nosotros, la globalización tuvo esos efectos, el mundo entero fue testigo de esos efectos. Cabe entonces preguntarnos: ¿cómo se las arregló el mundo?  Los países vecinos se unieron y por todas partes se abordó el tema de la integración. Hoy podemos afirmar que no hay Nación sin Región.  Nadie puede solo.  En este sentido, en la actualidad nadie discute la idea de integración.  Lo que está sujeto a debate es qué modelo de integración vamos a aplicar.  No hay un solo modelo de integración en el mundo. Si queremos buscar algún ejemplo, solamente para ubicarlo en esta visión, la Unión Europea ha sido parte de un largo proceso y se ubica como una Unión de Naciones, tiene órganos supranacionales, cuenta con recursos para las zonas más atrasadas, la sociedad de una u otra manera participa, vota sobre la Constitución europea, elige europarlamentarios. Se trata de la misma idea que mencionaba el Embajador Vieira en relación al FOCEM. Esto tuvo un desarrollo muy importante en Europa: España, Portugal y Grecia salieron del atraso en que se encontraban a partir de esta visión, del concepto de integración que tiene la Unión Europea con todos sus  temas y visiones diversas a debatir.

Por citar otro ejemplo, el NAFTA, acuerdo entre Estados Unidos, Canadá y México.  Éste no es más que un acuerdo de libre comercio del tipo compro, pago, vendo, cobro. En este esquema no hay lugar para la participación social, seria impensable, por ejemplo, imaginar un FOCEM como el que tenemos en el Mercosur en el NAFTA, ya que no estamos hablando de la misma visión.

Por lo tanto, en la región tenemos visiones diferentes, que también  corresponden a las realidades que cada uno de nuestros países. ¿Cuál es el modelo que se está construyendo en el Mercosur?   En primer lugar, éste no es un proceso lineal, existe una clara lucha de intereses. De alguna manera el propio Mercosur nace por la voluntad de simplificar, nace prácticamente con un tratado de paz entre Brasil y Argentina, allá por los ´80, donde Alfonsin y Sarney firman un acuerdo que trataba justamente de resolver aquel enfrentamiento que nos habían dejado las dictaduras.  Por cierto, en el día de hoy se cumplen 34 años del asalto al poder que terminó con la vida de Salvador Allende y la democracia de ese momento en Chile. 

Pero ¿qué nos dejaron en aquella situación?  Nos dejaron enfrentados, éramos enemigos.  Ustedes saben, las trochas de los trenes no coinciden para que las tropas no pasen y los túneles están pensados para que los tanques no puedan pasar. Eso es lo que teníamos. Y a partir de allí se comienza a pensar en una nueva visión. Se produce un acuerdo en bienes de capital, para empezar a producir en común, para complementarnos en ciencia y tecnología, en el tema nuclear, de la biotecnología, de la informática.  Ahí comienza todo, después viene aquello que comentamos al principio, aquella ola que transforma esa relación exclusivamente en una visión de carácter comercial.  Pero posteriormente los nuevos gobiernos plantearon aquello que hacía referencia el Embajador Vieira, un modelo que va en otra dirección.

Yo diría, para ver donde va la aguja de la brújula en el proceso de integración, podríamos comenzar por ver lo que pasó en este último año, año y medio, o un poco más tal vez. Seria bueno tomar como punto de partida la Cumbre Hemisférica de Mar del Plata, donde los Presidentes del MERCOSUR expresaron clara y públicamente cuál era el modelo que no querían.  Allí se dijo no al ALCA, a la idea de un tipo de integración desigual.  Los Presidentes del MERCOSUR dijeron claramente: no queremos ese modelo de integración para nuestra región.

A partir de ahí comienzan a desarrollarse una serie de hechos que nos muestran un poco el camino.  Efectivamente, como planteaba el Embajador Vieira, la incorporación de Venezuela que vino prácticamente después Cumbre Hemisférica en Mar del Plata, significó un hecho de enorme trascendencia.  Porque, ¿de qué se trata en definitiva,  la búsqueda de una integración positiva? De poder sumar capacidades, producción de alimento, desarrollo industrial, Amazonia, Patagonia, Acuífero Guaraní. ¿Y la energía? Es básica, sustantiva.  ¿Cómo hacemos entonces para tener una capacidad de debate y negociación en el mundo sino tenemos la energía?

Yo quiero recordar aquí que el pensador  brasilero Helio Jaguaribe, allá por los años ´80, decía que los países desarrollados veían con simpatía –en última instancia- la creación del MERCOSUR sólo a condición de que dos países no entraran:  Chile y Venezuela.  Se creía que con alimentos e industria alcanzaba, si a eso además se le sumaba energía y  acceso al Pacífico, ya era demasiado. Es decir, los problemas con respecto a la presencia de Venezuela vienen de tiempos anteriores al Presidente Chávez. Cuando se dice que el problema es distinto, que hay visiones distintas sobre la democracia, no es verdad, el problema de fondo es la energía. Si  observamos la pelea energética a escala mundial, no podemos imaginar que los intereses poderosos que priman en esa pelea sean sencillamente prescindentes ante nuestros intentos de contar con una red energética propia que nos de autonomía e independencia en un tema tan vital. Los avances en ese sentido son sumamente importantes.

Veamos otros hechos significativos. Quisiera volver ahora,  sobre el Parlamento, sobre la entrada de la política en el MERCOSUR., más precisamente la entrada de los partidos políticos al debate y construcción del MERCOSUR. En Europa, la Internacional Socialista, la Internacional Demócrata Cristiana y la Internacional Liberal debatieron y crearon un modelo de integración. Para ser francos y con todo respeto, si uno mira los programas partidarios que se mueven en nuestro entorno, el tema de la integración, un tema tan estratégico, básico y sustantivo, sigue sin aparecer. Entonces, la entrada de la política, de la posibilidad de generar familias políticas en el MERCOSUR para orientar un tipo de modelo, resulta absolutamente importante.

Por otro lado, tenemos el tema de las asimetrías. En realidad, la propia integración es una respuesta a las asimetrías. Las asimetrías que tenemos frente al resto del mundo, las asimetrías que tenemos al interior de nuestros países y las asimetrías que tenemos entre los que conformamos el bloque. Por esa razón, el reconocimiento de la idea de las asimetrías tiene una importancia política sustantiva en la definición del modelo.

La Ministra mencionó la creación del Foro de Gobernadores y Alcaldes. Este es un tema muy importante ya que significa la incorporación del territorio al proceso de la integración. De la misma manera, es fundamental el anuncio de Bolivia sobre su interés de incorporarse. Otra cuestión clave es el debate sobre un ente financiero, la creación del Banco del Sur con distintas visiones, se trata, ni más ni menos que de tener financiamiento para poder desarrollar de manera positiva el proceso de integración con una mirada orientada a la producción, a resolver nuestros problemas sociales, como bien fue planteado por Caballero.

Claro que el tema del comercio también es un tema fundamental. ¿Qué comercio? La construcción de un sistema de comercio justo también está vinculado al tipo de modelo.  Cuando se toma la decisión de adoptar la moneda nacional para poder intercambiar comercialmente con Brasil, es un hecho muy importante. El estar hablando del intercambio compensado, que se habló tanto en otras décadas, de intercambiar productos por productos, es hablar del tipo de comercio.  Pero sustantivamente, también el tema del comercio tiene que ver con el tipo de participación que van a tener las unidades productivas en esta construcción. Hoy las pequeñas y medianas empresas forman parte del modelo político de la integración, pero todavía no forman parte del modelo económico.   Estamos dando pocos pasos, pero importantes. Hay que ir mucho más lejos en ese camino.

También en este último período, se generó en el MERCOSUR el Observatorio  Democrático. Hoy la decisión de evaluar si un proceso electoral es democrático o no, lo hacemos los propios países miembros del MERCOSUR. Antes venían de la Unión Europea para decirnos si tal elección fue democrática o no. A su vez, se creó el Instituto Social para abordar los temas de salud, de educación, de pobreza;  se creó también el Instituto MERCOSUR de Formación.

Recientemente, la semana pasada, se decidió poner en marcha la creación de un Fondo para respaldar la asociatividad de pequeñas y medianas empresas en el MERCOSUR. A mí me tocó participar en una mesa, justamente al día siguiente que se había aprobado, en la cual leí al público la noticia que el Jornal do Brasil había sacado haciendo especial referencia a la creación de este Fondo para Pequeñas y Medianas empresas, basada en la idea de ayudar a aquellas empresas que deciden asociarse y complementarse para nuestros mercados y para exportar a terceros mercados. Pregunté a la sala: ¿quién de Ustedes leyó en un medio de comunicación argentino que se había aprobado un Fondo para Pequeñas y Medianas empresas? Y pedí que levanten la mano.  Nadie levantó la mano.  Si hoy les pregunto lo mismo a Ustedes, no va a haber nadie que levante la mano. ¿Cómo es esto posible?   Por eso cuando acá se plantea una visión positiva de la integración, si no estamos informados, ¿si no sabemos lo que pasa cómo es que vamos a tener una visión positiva?  Pero estas cosas están ocurriendo, por eso son tan importantes eventos como este.

Por último, permítanme referirme a un tema que en mi opinión es crucial para que este modelo siga en esta dirección, el de la participación de la sociedad en el proceso de integración. La participación social la comenzamos en nuestra Cancillería en el 2003, se generó un Consejo Consultivo de la Sociedad Civil, con tres grandes líneas de trabajo:  Información, Capacitación de los Dirigentes Sociales y la Organización de Comisiones –hoy hay unas 25- para abordar los temas específicos, cotidianos, que la sociedad va planteando frente a la integración, como por ejemplo las Pequeñas y Medianas empresas, Agricultura familiar, Juventud, Equidad de Género, Pueblos Originarios, etc.   Esta visión  tuvo desde sus comienzos una respuesta formidable: arrancamos con unas 35 organizaciones, hoy ya son unas 1300, donde están las Cámaras de Pequeña y Mediana empresa, las centrales Sindicales, los sectores Agrarios, Organizaciones No Gubernamentales, todas intentando encontrar su espacio de participación real en este proceso.

Esta idea ¿a qué responde?  En esencia, la idea responde por supuesto a una visión democrática y de transparencia, pero por sobre todo, tiene una visión estructural.

¿Cómo vamos a hablar de un MERCOSUR productivo, si los actores productivos no están adentro? ¿Cómo podemos imaginar un modelo no solamente comercial de compra-venta, si las pequeñas y medianas empresas, los sectores agrícolas, la ciencia y la tecnología, los trabajadores, las cooperativas, no están dentro del proceso de integración, si no ocupan un lugar específico?  No existen canales para que puedan encontrar las formas superadoras. A muchos nos costó aprender a exportar, y ahora hay que aprender a asociarnos.  Porque ésta es la base del concepto de la integración.

Y quiero decirles que si nosotros no logramos que esta participación sea profunda, si no logramos que el espacio creado no ocupe su lugar, los enemigos de este proceso, que existen, pueden minar las bases de este camino. 

Estoy personalmente convencido que si no hay MERCOSUR hay ALCA. No hay otra cosa. Hay ALCA. Por eso cuando el conjunto de los países decidimos juntar nuestras fuerzas y creamos el programa “Somos Mercosur”, que tuvo su primer acontecimiento aquí en Córdoba, en la Cumbre de los Presidentes en Julio del año pasado, allí 514 dirigentes sociales plantearon: queremos un Mercosur productivo y social.  Y los Presidentes entendieron el mensaje. Y luego en Brasil, la Cumbre Social del MERCOSUR junto con la Reunión de los Presidentes.  Ahora estamos yendo a Montevideo a fin de año, a una semana, ya no una Cumbre, una semana de Cumbre donde se puedan ver todos los temas de asociatividad y de trabajo común productivo.

Por eso queridos amigos, permítanme recordar el concepto de Víctor Hugo, que decía que una idea puede ser más fuerte que todos los ejércitos del mundo cuando el tiempo de esa idea ha llegado. Y creo que está demostrado que el tiempo de la integración, el tema de la suma de nuestras capacidades, el tiempo de construir esta región que sea nuestra Nación, ha llegado.

Muchas gracias.













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